Y qué más da, pero no da lo mismo

Publicado por Juanjo Brizuela en

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Mucho más que una moda, el mundo de las marcas-ciudad se está convirtiendo en un área con un destacado recorrido. Personalmente, me apasiona y más si cabe cuando uno une su trabajo en branding con su «responsabilidad» como ciudadano, y como he dicho en muchas ocasiones, «soy de Vitoria y vitoriano», que parece lo mismo, pero no es lo mismo.

Hasta la Unión Europea se toma en serio este área del conocimiento y ha creado un grupo de trabajo encargado de profundizar en el concepto de «city branding». De hecho, la semana pasada se celebró una jornada en Lyon sobre este tema. No quiere decir que por este evento ahora todo el mundo se ponga a trabajar en ello pero muestra a las claras que las ciudades han de tomar conciencia de la importancia de SU marca y considerarla como un activo estratégico a trabajar, gestionar y comunicar.

Algunas ciudades llevan ya mucho tiempo gestionando y dotando de recursos para tener una mayor proyección externa. Pero no sólo eso. Como buen trabajo de branding, la propia oferta de productos y servicios está alineada con su propia promesa. Mantener la coherencia entre lo que «cuento» y lo que «hago». Espero que por fin se entienda que el branding no es sólo comunicación (que sí), sino que su ámbito de actuación es mucho mayor e incluye ¡¡por supuesto!! al producto/servicio.

En cambio es curioso que se produzcan ciertas situaciñones que vistas con distancia (y he sido cauto, lo prometo) provocan algo de «risa» y también «preocupación». Vitoria-Gasteiz apostó hace unos años por trabajar su marca. Ya he hablado de ello suficientemente. Pero después de mucho trabajo, esfuerzo, estudios, diseños, eventos, discusiones, conversaciones, opiniones, etc… ahora resulta que a «alguien» se le ocurre que la asociación de Vitoria-Gasteiz ha de ser otra. Pocas explicaciones han dado, pero hemos pasado del «verde» al «amarillo». Nada que ver para quien entiende de «psicología del color», pero de decir «no me parece mal» a «cambiar una proyección» y sobre todo sin justificación alguna, provoca cierto mosqueo en el personal. Lo importante (reduciéndolo a lo simple) no es tanto el color sino LO QUE REPRESENTA Y SIGNIFICA. Y ésto sí que es más serio.

El branding no es una moda, ni siquiera es una ola porque «como el de enfrente ya está, pues yo también». Quien así lo entienda, lo mejor que puede hacer es echarse a un lado. Dejen paso al trabajo riguroso, al razonamiento, a la gestión y a la paciencia para ir desarrollando una marca de forma coherente, diferente, relevante para los consumidores. Y si hablamos de ciudad, más aún. El ciudadano ha de sentirse «orgullos» de donde vive, porque es su casa pero también porque comprueba que el proyecto de su ciudad crece y avanza. Y sobre todo, porque hemos de sentirnos atractivos para el de fuera. Tema serio. No lo banalicemos.


8 commentarios

David Sánchez Bote · 10/02/2010 a las 15:14

Qué bueno volver a leerte escribir cosas sobre branding, comunicación, marketing, etc. A ver si cogemos los dos otra vez la marcha escritora! 😉

Juanjo Brizuela · 10/02/2010 a las 19:13

@david: eskerrik asko… hay que seguir dándole y retomar la costumbre… espero contar cosas interesantes… gracias por seguir ahí pendiente…

arabarra · 11/02/2010 a las 13:19

Juanjo, eres un crack. Sobre todo, por la explicación que das. Zorionak.

Juanjo Brizuela · 11/02/2010 a las 20:06

@arabarra: eskerrik asko… simplemente he querido mostrar una opinión en un doble sentido: como profesional del branding y como ciudadano de Vitoria-Gasteiz. No me gusta que se juegue de esta forma con mi ciudad… no me gusta

Petra · 16/02/2010 a las 06:23

Mientras las ciudades tegan que exhibir el color que les otorgue el político de turno, estas cosas pasarán. Hemos transitado del verde al amarillo y muchos vitorianos ni se han enterado. Quizá sea por la escasa participación que se nos deja a la ciudadanía en las decisiones que otorgarían marca a la ciudad (bastante perpleja quedé la primera vez que oí el concepto). Conozco bastante bien el Ayuntamiento de Vitoria por dentro, y no podía ser de otra forma. La única solución es la renovación cada cuatro años, y digo renovación, no alternancia, en caso contrario volveríamos al verde, y luego al amarillo…. Una verdadera lástima. Además según las últimas teorias el verde es caro, obliga a gastar agua. Es mejor talar. Vitoria! quién te ha visto, y quién te verá! que hasta los carteles de fiestas se hacen por encargo, a través de un concurso. A mí tampoco me gusta el jueguecito….. hace años.

Juanjo Brizuela · 17/02/2010 a las 11:13

@Petra: tampoco hay que ser tan pesimista… espero que entre la cordura y se vuelva a los asuntos que han sido creados y desarrollados desde el rigor y el criterio. Además, tal y como está el mundo de la política, evolucionará hacia un mayor respeto por los ciudadanos y a fomentar más la participación. No es tarea fácil desde luego pero llegará un momento (más pronto que tarde) de que se tendrá que hacer de esa manera

equiliqua » Las municipales, Euskadi y branding: vaya cóctel · 17/02/2011 a las 09:03

[…] de sentirse orgullosa de sí misma para a su vez proyectarse al exterior. ¿O era al revés? Algo ya hemos hablado por estos […]

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