Emprender desde la marca

Publicado por Juanjo Brizuela en

Obvio. Empezar siempre tiene un punto de partida. Cuando surge una idea automáticamente ya tienes la semilla sobre la que desarrollar un nuevo proyecto. No me considero estrictamente un emprendedor pero en esos momentos en los que decides iniciar algo tienes una frase sobre la que ronda dicho proyecto: «Quiero HACER esto«. Una propuesta de valor que generalmente se concreta en un producto o servicio.

Pero empezar algo no significa que el foco estratégico haya de estar exactamente en ese producto o servicio. Porque al tratar de sintetizar y objetivar dicha propuesta automáticamente «cerramos» otros espacios, otras aristas que seguramente nos ayuden en su desarrollo. Últimamente ando dándole vueltas a eso de «emprender» por tratar de comprender muy bien el proceso y en esas lecturas o escuchas, siempre se tiene muy claro lo que se quiere HACER. Pero el problema que percibo es que se es tan concreto y específico que a veces perdemos la visión más conceptual, la visión de qué queremos significar. Que no es lo mismo.

Soy de la opinión que deberíamos introducir desde el inicio del proyecto cuál es nuestra propuesta de marca. No. No penséis de nuevo en que basta con tener un nombre y un logotipo «porque me tendré que presentar ante gente» sino en qué se refleja nuestra marca, cuál es el significado que está detrás de nuestro proyecto y cuál es el contexto de relación que establezco con el «mercado» «las personas» para comenzar a tender un vínculo con ellas

Hace unos días vi un cuadro excelente (vía Adliterate a través de Dani Mejía) que me dió a entender ante qué problema nos enfrentamos cuando hablamos de marca y comunicación. Porque no es lo mismo hablar de producto, que hablar y establecer una política y una forma de comunicación que estar ante un «problema» de marca. Me aclaró muchísimo mi esquema mental (cuando se trata de simplificar el problema a resolver y la metodología a emplear) a la hora de trabajar.

Queda claro pues que cuando estamos hablando de emprendizaje la situación a la que nos enfrentamos es cómo y de qué manera afrontamos la marca en nuestro proyecto y qué rol juega en esos momentos inciales. Simplemente por el hecho de querer ser y mostrarnos (ambos ineludiblemente) diferentes, deberíamos de dedicarle tiempo a ello. ¿Para qué? Para identificar si en realidad estamos ofreciendo algo realmente diferente, algo realmente relevante y algo realmente pertinente para las personas con las que nos queremos relacionar. Porque si no pasamos ese filtro, estamos sinceramente sin punto de partida.

Voy a poner unos ejemplos que he conocido recientemente: Uno de ellos es Flipover. Tanto por el proyecto en sí como también por el enfoque de su propuesta desde la parte de comunicación y más allá de la comunicación, están tratando de ser fieles a esa propuesta de valor que traspasa el ámbito del propio producto y servicio. Están buscando contextualizar su propuesta y acercarla en forma de servicios…y «contándola» muy bien. Otro que me ha llamado la atención es MeTheOne. Un proyecto que quiere conectar a toda esa gente que tiene más que un hobby, una pasión. Da igual en qué sector. Pero lo importante es hacia dónde dirigir la propuesta. No hay límites. Simplemente es apoyar y conectar. Y la marca y la estrategia de comunicación, muy digital, siguen haciendo que el proyecto crezca y crezca. Y finalmente Woman in Web, que me llamó la atención por lo particular y evidente que es, pero que en cambio, tiene detrás un valor emocional tan potente, que puesto en escena y conexionando poco a poco, contando las cosas de una forma muy sutil, está creciendo cada día. Chapeau.

Quizá la idea germinal de Hacer QUÉ sea el primer paso. Pero enfocando con una perspectiva de marca, pensando en el «otro» y diferenciando desde el inicio el «qué hacemos» frente al «qué vendemos«, podremos asegurarnos un punto de partida que nos facilite el desarrollo futuro de esa idea inicial, no en base a productos pero sí en base a signficados y valores. Todo además en el día de hoy, de que el mundo digital ayuda mucho en la conexión, la interconectividad y la comunicación. Sí. Hay una tremenda oportunidad. Pero estar ahí no basta. Hay que tener fondo y contenido. Significados que se van construyendo.

Hay marcas con una idea muy potente detrás. Con una filosofía muy marcada y con unos significados muy específicos. Hemos hablado aquí de muchas de ellas. Éxito > Nike / Salud > Danone / Jugar juntos > Imaginarium / Encontrar > Google / … desde esa síntesis tan extraordinaria, se generan constantemente ideas de producto e ideas de comunicación. Se llegan a nuevos nichos y se expanden por el territorio. Todas las grandes marcas al inicio fueron pequeñas marcas también. La diferencia en muchos casos es que el punto sobre el que pivotaba la estrategia del negocio estaba en ese concepto inicial que reflejaba la marca y sobre el que se iban abonando, como dicen en su libro Ramón Ollé y David Riu, el campo con la ayuda del agua, el sol, la protección, el cuidado diario, la tierra, la poda, etc. Algo así hemos de hacer.

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La foto es de Flickr, de Chechi Pe


2 commentarios

Iñaki · 12/10/2012 a las 12:14

Hablas de productos y servicios «sólo». Dónde sitúas los procesos? En ese punto también se genera valor. Once again, congratulations! The post is vera interisting my friend.

Juanjo Brizuela · 15/10/2012 a las 10:11

@Iñaki: gracias por el comentario.
Creo que lo que vengo a decir es que debemos incorporar precisamente en el proceso, el tema de nuestro sentido como marca. Ayudaría en el discurso, en el posicionamiento, en conocer mejor al «usuario» y en una mayor relación tanto a corto como a medio plazo.
Simplemente es saber que poseemos un intangible tan potente que no lo podemos reducir a la mínima expresión y que debemos alimentarlo desde el inicio.
Gracias ‘mpañero

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