Cuentos de agosto

Publicado por Juanjo Brizuela en

Ahora que llegan esos días de vacaciones donde bajamos el ritmo laboral y nos da por leer «otras» cosas, recupero un viejo cuento histórico por el que hemos pasado de niñ=s, jóvenes y también de adult=s: «Las mil y una noches«. De eso que te pones a leer cuento tras cuento, te miras dentro de ti y descubres que cada historia te acerca a una parte de tu día a día. La magia de los cuentos, mis favoritos por cierto.

Pienso por ejemplo en «Aladino y la lámpara mágica«. Pienso en que por mucha lámpara que haya, si no la frotas y frotas (trabajas), si no deseas algo (bueno) y peleas por ello, es difícil conseguir las cosas. Miro dentro de esos pequeños logros que están ahí y que parece que simplemente por estar, ya se ha llegado al final del camino. Pienso por ejemplo en esas organizaciones que creen que con tener un buen logo y un claim (la lámpara), ya está todo hecho. Pienso también en esa ambición desmedida por lograr y lograr más y más, sin pensar siquiera que esa «avaricia empresarial» siga alineada con el propósito de la organización o bien haga perder el foco.

Leo esta frase que dice

«…En ese momento de su narración, Schahrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente…«.

Y te das cuenta de que hay momentos que el silencio ayuda a comunicar también, que nos empeñamos en hablar y hablar cuando el contexto ni el momento lo requiere. Que se acabó la era del monólogo, que estamos en el diálogo pero sobre todo estamos en la época de lo relevante, de requerir la atención cuando hay que hacerlo. El momento, el tiempo, ese segundo de atención, de atracción, esa parte del relato donde enganchamos y donde no hace falta morder y morder, sin soltar la presa. No. Así no. Dejemos que las cosas sucedan después de captar la atención.

Me atrapa este párrafo:

«…La verdad es orgullosa, como lo demuestra el hecho de que no ha construido ninguna vía para acceder a ella, aunque, al mismo tiempo, no ha privado a nadie de la esperanza de alcanzarla. Ha dejado a la gente recorrer los desiertos de la confusión y ahogarse en los mares de la duda. Quien cree que la ha alcanzado es que está lejos de ella, y quien piensa que se ha apartado de ella es que ha perdido el rumbo, porque no es posible ni llegar a ella ni eludirla; la verdad es inevitable…»

El propósito, la visión, eso que muchas veces aparece en los textos corporativos pero que en el momento que quedan escritos nadie se vuelve a acordar de ellos. Ésa es la verdad. El negocio es muchas veces un estímulo para lograrlo pero la identidad, la personalidad y los valores se construyen en la medida que la visión se cumple cada día, en cada acción, con cada persona, con cada cliente. No estamos ante un problema de mercado y casi ni siquiera ante un posible problema de necesidades latentes, es un problema de cultura de marca, del CÓMO satisfacer, de CÓMO solucionar dicho problema y eso se cumple gracias a la visión, al propósito de las organizaciones.

Leo una y otra vez este nuevo párrafo:

“…¡Siembra generosamente los granos de tu bondad, hasta en los terrenos que te parezcan estériles! ¡Tarde o temprano, el sembrador recogerá los frutos de su grano, superando a sus esperanzas!…»

Y no paro de pensar en que cualquier negocio, cualquier organización tiene una responsabilidad mayor con la sociedad que simplemente su visión mercantilista. Eso que llamamos branding social. Creo que las marcas del futuro son aquellas que, como dice Conrad Llorens, más que «…crear valor para los stakeholder, lo que deben hacer es COMPARTIR VALOR…». Y eso forma parte de un nuevo comportamiento de marcas que va más allá de la comunicación y se convierte en una plataforma de crear y compartir experiencias con la comunidad. Entender la marca como CULTURA, como comportamiento, entender el mercado como aliado más que como receptor, y sobre todo, ser capaces de convertirnos en un espacio de relación de personas con comportamientos y actitudes comprometidas, honestas y responsables.

Podría seguir y seguir retomando citas. Pero sigo releyendo. El caso es que el ajetreo diario, las urgencias (no son tantas en realidad), no nos permiten tomar ese tiempo y ese espacio para pensar sobre las cosas. Y si lo hacemos, se hace desde la misma óptica con lo que seguimos viendo lo que nos rodea de la misma forma. Dejad que agosto nos ayude a ver la realidad, nuestra realidad desde otros puntos de vista. No sé qué vais a leer o si lo vais a hacer (libertad, ante todo) pero si lo hacéis, busquemos otros caminos. Os recomiendo seguir «Las mil y una noches«, mirando a las estrellas, en silencio y sin lápiz ni papel. Descansad y disfrutad.

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La foto es de Flickr, de erlucho


11 commentarios

Álvaro Andoin · 30/07/2013 a las 13:39

Muy chulo e inspirador el post Juanjo. Se siente el calor del verano.

Una de las cosas que encuentro más difíciles es leer otra cosa .

Álvaro Andoin · 30/07/2013 a las 13:42

Le he dado a enviar…Decía que encuentro difícil leer otra cosa que no sean ensayos. Sinceramente, me cuesta porque me gustan mucho.

Leer otra cosa es como irse de vacaciones, en cuanto cambias el chip te das cuenta de la falta que te hacía cambiarlo. 🙂

Un abrazo y buen Agosto.

javier velilla · 30/07/2013 a las 15:35

Juanjo, este verano tengo deberes más que interesantes: leer y pensar sobre cómo la cultura y las marcas tienen relaciones… Me interesa mucho por dónde transitas. Estaré atento a lo que te depare el verano: mucha calma, buena compañía, come bien… y lee 😉
Abrazos,
javier

Juanjo Brizuela · 31/07/2013 a las 09:30

@Álvaro: Muchas veces las ideas se aclaran cuando las miras desde el otro lado: sea ensayos, cuentos, comics o lo que sea. Pero creo que esa mirada ecléctica y diferente es la que nos hace retorcer el cerebro para pensar y descubrir nuevas cosas. Disfruta de las vacaciones e iba a decir eso de descansar, pero creo que es en vacaciones cuando menos se descansa… abrazo

Juanjo Brizuela · 31/07/2013 a las 09:33

@Javi: pedazo reto el de unir marca y cultura. Creo que hay un camino para reconocer la relación que existe. Alguna vez lo hablé con Vilagut de ello. Las marcas no es que lleven significados sino que cargan de identidad las relaciones, es el nexo de unión, no el punto de llegada.
Leer seguro. Comer, veremos. Habrá que descubrir cosas.
Disfruta mucho. Nos vemos a la vuelta (y esta vez va en serio) 😉
Abrazo grande

Iván · 01/08/2013 a las 09:54

Grandes reflexiones Juanjo, me ha gustado mucho el post y los enfoques que has dado entre un libro clásico, nuestra vida y el mundo de las organizaciones. Considero desde siempre la lectura como algo muy necesario y tremendamente útil para nuestro discurrir diario, tanto a nivel personal como profesional. También soy de los que creo en los libros como motor de cambio y reflexión, en muchos casos son libros alejados del mundo de empresa los que nos dan señales para aplicarlas en nuestra carrera profesional. El bueno de Antonio Cancelo siempre recordaba que los mejores libros para entender el mundo de la empresa eran libros NO de empresa, recuerdo sus ejemplos de libros clásicos o de aventuas.Buenas lecturas que queramos o no van conformando nuestra mirada y formas de hacer. Mañana pillaré la mochila para irme a un nuevo viaje y apendizaje,debo decirte que estas semanas prevías lo que más me ha costado es decidirme por el par de libros que metería en la mochila. Finalmente son dos (en papel) cargados de simbolismo y apropiados para entender el país, su Historia y parte de la realidad que me voy a encomtrar. Un abrazo y buen mes de agosto. Gracias de nuevo por las reflexiones.

Amalio Rey · 01/08/2013 a las 11:59

Muy bueno, Juanjo. Enhorabuena.
La frase que has citado sobre la verdad, que no conocía, también «me atrapa». Es muy buena, colega… y la meto en mi colección de citas ilustres.
Totalmente de acuerdo con esta idea: «hay momentos que el silencio ayuda a comunicar también, que nos empeñamos en hablar y hablar cuando el contexto ni el momento lo requiere». Me viene genial 🙂
Gracias por esta invitación a regresar a los cuentos. Te la tomo prestada, que viene genial para el veranito.
Un abrazo

Idoya · 01/08/2013 a las 22:57

¡¡¡¡¡ uyyyyy !!!! como siempre al leerte me saltan preguntas y reflexiones. Con la frase: » Entender la marca como CULTURA, como comportamiento, entender el mercado como aliado más que como receptor.» creo que ya tengo para reflexionar todo el mes.

Descansa, lee, come, duerme, regresa lleno de energía para seguir en la brecha… y yo por detrás aprendiendo. Gracias.

Juanjo Brizuela · 29/08/2013 a las 11:49

@Ivan: espero que me disculpes por no responder a tu respuesta. Lo siento. Cosas de las vacaciones. ;-(
No he cumplido mucho con lo que dije aunque sí que me ha atrapado este cuento y también muchísimas de las reflexiones de Seth Godin.
El caso que encuentro en los libros es que con toda probabilidad, si leemos el mismo libro en dos épocas diferentes del año, lo veríamos con otros ojos y seguramente sacaríamos otros tipo distinto de lecciones.
Lo mejor de todo: lo que aprendemos.
Abrazote

Juanjo Brizuela · 29/08/2013 a las 11:50

@Amalio: gracias colega. Disfruta que sé que aún estás de vacaciones. Toma prestado todo lo que quieras, ya sabes. 😉

Juanjo Brizuela · 29/08/2013 a las 11:51

@Idoya: ya estamos por aquí, tarde en la respuesta. Perdón.
Espero que hayas disfrutado del descanso.

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