Lo siguiente de aprender en KFE07

Publicado por Juanjo Brizuela en

El tamaño de la sonrisa tiene un tamaño directamente proporcional a la superación de las expectativas creadas por el resultado final logrado. Esta sencilla fórmula matemática (hecha por uno de letras puras) es el resumen del evento celebrado el pasado viernes del que ya hablamos aquí: el KFE INNOVACIÓN de VITORIA-GASTEIZ. En el Restaurante El Clarete y rodeado de 19 osad=s amig=s que se reunieron para «no se sabe muy bien qué, pero que tiene buena pinta«. El caso que entre que había gente confirmada y que hubo gente que se sumó porque sí (hasta un comensal que había en el restaurante y que preguntó que a ver qué pasaba y si podía pasar de oyente participante), pasamos un rato más que agradable a la par que muy pero que muy interesante hablando de emprendizaje, tema central de la jornada a nivel nacional, y que aquí lo enfocamos bajo el lema «Conectar, aprender y emprender».

Tenéis publicado un Storify del evento. En él hemos querido reflejar el relato, lo emocional del evento y que pudiéramos recoger algo que nos preocupaba y ocupaba: Cómo se generan y desarrollan las ideas con una pequeña hipótesis de partida: «Una idea se va haciendo grande cuanta más gente se sume a ella». Y creo que lo conseguimos. Echadle una ojeada y espero que os guste.

El caso es que el emprendizaje da mucho juego y mucho contenido que tratar. Como nos imaginábamos, y ya reflejé en el anterior post, hay como 3 grandes ideas que sobrevuelan el concepto de emprendizaje: in-seguridad, red y actitud. Y sobre la relación entre estas palabras se da el contexto preciso para poder, o no, emprender que me gustaría compartir como reflexión personal habiendo pasado unos días:

  • Hay un cambio significativo en el hecho de emprender y es pasar de la idea e intención «solitaria» de una persona a ser una idea «colectiva». Surgió en el debate la idea de hasta qué punto podríamos dejar de hablar de MI proyecto para hablar de NUESTRO proyecto. Así, y quizá por el uso continuado de la palabra «colaboración«, parecía indicar que hablamos más de un proyecto en plural que no en singular. El cambio es significativo porque sin duda alguna somos en la medida que somos-compartidos o que somos-sumados. Es más fácil que nuestra idea inicial pueda elevarse por encima de un individuo para poder ser algo más grupal. El resultado de todo ello será posiblemente una idea con más matices, con más aporte de valor, con más desarrollo, algo más completo. Y eso siempre es positivo. Reconozcamos que no sabemos de todo, y que posiblemente ni sea necesario que sepamos de todo. El conocimiento existe, lo únicamente esencial es identificar dónde, tratar de llegar a él y, con la suficiente humildad, hacerlo atractivo e interesante para que puedan sumarse nuevos puntos de vista, nuevo valor.
  • Me surge de inmediato la idea de PROPIEDAD. Porque claro, si la idea es de un= está más o menos claro quién la posee y quién la debería de gestionar. Pero si la idea se comparte, ¿de quién es? ¿compartimos también su propiedad? ¿cómo lo gestionamos? Mientras se produce este debate, la palabra que protagoniza el debate en todo caso es COLABORAR. Es magnífica, da mucho positivismo… colaborar, sinergias, juntos… ya… ¿pero cómo gestionamos esta colaboración? ¿en qué medida somos generosos en el aporte y por tanto debiéramos ser generosos también al recibir? ¿cómo lo medimos? ¿quién empieza y cómo empieza? Este problema no es únicamente explícito en el emprendizaje sino que se da en cualquier tipología de proyectos, nuevos o ya asentados. La diversidad es un valor que lejos de presentarse como negativo cada vez más recoge un sentimiento positivo y de construcción. Y eso que nosotros no tenemos, si lo tiene otra persona es nuevo valor que ha de ser percibido en el mercado. ¿Quién se beneficia de ello? es una de las preguntas. «En caso de duda, abre» oí decir una vez a Julen Iturbe. Si quieres ganar también, necesitas comprometerte y «jugar la partida». Y si no es así, ¿qué hacemos?
  • «FALLONDIZAJE» fue uno de esos palabros que se me quedaron más grabadas de toda la sesión. Sí, el fracaso como eje del aprendizaje y no como resultado final. El emprendizaje como proceso y el aprendizaje como actitud. Lo cierto es que, como bien indicó Miguel de Andrés, a nadie le gusta fracasar. Da mucha rabia. Pero lo que sí es cierto es que debemos desterrar definitivamente determinadas expresiones pero sobre todo actitudes sobre el «posible» fracaso. Esto posiblemente sea consecuencia de los valores aprendidos y aprehendidos desde la escuela. Y junto a estos valores, otros que parece se van quedando por el camino como ESFUERZO, TENACIDAD, PASIÓN,… Todos ellos se enmarcan dentro de ese gran campo que es el de la ACTITUD, con C, y también con C de Conocimiento y de Colaboración y Compromiso. Valores que reflejan un continuo caminar en el proceso de hacer llegar la idea hasta donde sea posible. Y eso sí que va con espíritu crítico del aprender, que no es lo mismo que el aprendizaje, más cercano a la actitud y al propio proceso.
  • Finalmente no es lo mismo tener una idea que llegar a un negocio. Y este «pequeño» detalle es algo que debe ser considerado desde el inicio como algo esencial. Seguramente tener, lo que es tener ideas, es algo común a tod=s nosotr=s. El reto es qué y cómo hacer para que éstas se conviertan en un posible negocio. A quiénes les va a interesar y por qué han de confiar en algo que supuestamente es nuevo, diferente e importante. Este giro me provoca una pequeña duda que es dónde colocarlo en dicho proceso. Quiero decir: si lo ponemos desde un inicio, puede ocurrir que quizá desterremos una idea inicial porque no vemos (aún) su retorno económico sin «abrir» la idea y compartirla. Puede ser que también lo dejemos para el final del proceso de generación y maduración y entonces veamos que no tiene salida. Es un plano, en paralelo, que ha de aparecer en todo caso. Y hay que prestarle todo el crédito si de verdad queremos generar un proyecto sostenible personal y profesional de futuro. ¿Tod=s valemos para esto? Éste fue un tema de debate interesante: ¡¡emprende!! que parece es una obligación donde quizá no todo el mundo pueda valer para ello… (individualmente, añado).

Son tres nuevas reflexiones que me surgen tras la sesión que matizan algo que ya hemos comentado aquí. En cualquier caso, todo empieza por el inicio: la IDEA. Aunque me gustaría también matizar eso porque parece que es algo que ¡zas! surge de forma espontánea y casi brillante, y hay quien piensa que es incapaz. Así que prefiero utilizar esto que comentó Risto Mejide precisamente hace muy pocos días:

No busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero sólo a la lengua vehicular, que también.

Y uno, con esto vuelve a esbozar una nueva sonrisa que va a ayudar a seguir en el camino. Porque fue la pregunta que surgió cuando dijimos eso de «gracias por venir»: ¿Cuándo es la siguiente? La siguiente es ya hoy y posiblemente cada mañana, cada vez que seamos capaces de conversar y compartir nuestras ideas con otras personas. Ésa es la actitud y ése es el premio.

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La foto de inicio es de Flickr, de esr1000


2 commentarios

Idoya · 23/05/2013 a las 17:59

¡¡¡¡¡ Grande debe ser tu sonrisa !!!!

Para mí, fue una experiencia muy agradable relacionarme con más personas con idearios comunes. Dervirtualizaros a varios de vosotros. Y sobre todo comprobar que mis dudas y reflexiones no van tan mal encaminadas. Poner en voz alta palabras y conceptos como fracaso, esfuerzo, colaboración, propiedad de ideas… y además desde diferentes sectores empresariales; que aporta más riqueza.

Esta frase me parece magistral «el fracaso como eje del aprendizaje y no como resultado final», un concepto en el que nos debemos y debemos educar.

Aunque no suelo coincidir en opiniones con @ristomejide, hay que reconocer que en esta cita, da en el clavo.

Así que sigamos sonriendo y construyamos algo desde este cúmulo de factores positivos.

Juanjo Brizuela · 24/05/2013 a las 09:11

@Idoya: gracias por el comentario. Fue muy enriquecedor desde el encuentro y las conversaciones que se produjeron en él hasta la alegría personal de encontrarnos cara a cara con personas con las que coincidimos en las redes y eso es una alegría realmente inmensa.
Seguiremos en la brecha, no te preocupes… iremos contando novedades

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