Algo ha de cambiar en la publicidad

Publicado por Juanjo Brizuela en

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Como profesional en la materia, cada vez que voy caminando por cualquier acera de cualquier calle de cualquier ciudad me duele profundamente leer en los cristales de las entradas a los portales de las viviendas un cartel que pone algo así como «Esta comunidad no desea publicidad«.

Es una profunda cornada a tantos días de trabajo, de estudio y de pasión. Es tremendamente duro que una profesión que trata de «convencer«, de «llegar a la gente«, de «enseñar a comprar«, de intentar «ser útil» sea destrozada públicamente de esta manera. Que una profesión que quiere ayudar a los proyectos empresariales a tener un foco, a lograr ocupar un espacio en la mente de las personas / ciudadan=s / consumidor=s a la hora de tomar decisiones bien sea de compra o simplemente decisiones de preferencia, no lo logre y deje esta impresión, es decepcionante. Que este intento de aportar valor a las organizaciones sirva exclusivamente como un «mal menor», un peaje que he de pasar o, como he oído muchas veces, un apartado en la columna de gasto en mi cuenta de resultados, resulta duro. Muy duro.

De la misma manera, escuchar frecuentemente frases como «eso es sólo marketing«, «es puro humo» o cosas parecidas, desde el punto de vista de la comunicación como «algo estará ocultando» o bien «le han dado la vuelta«, resuena como un estruendo en mis oídos. Es una tremenda paradoja que precisamente quien ayuda a comunicar-vender-posicionar haya sido incapaz de comunicar-vender-posicionar a sí mismo. Desconozco las razones que están llevando a esta situación pública y tan patente, aunque alguna de ellas me temo saber cuál es. Sin profundizar en dichas razones, no sé si han sido el mundo de los papeles y las imprentas, el mundo de las productoras, los castings y las localizaciones, las comisiones y los márgenes de toooooood=s l=s intermediari=s, los comerciales de publicidad, los rappeles o «como mi competencia hace, yo también«, el caso es que te encuentras cada día más eso de «aquí no entra tu basura«.

El caso es que por otro lado te encuentras con marcas que tienen buena imagen, ¡oh!; productos y servicios con un enorme nivel de satisfacción y recomendación, ¡vaya!; incluso acciones de publicidad y comunicación que siguen sorprendiendo a quien las ve ¡no puede ser! y hasta proyectos empresariales que expresan que están siendo bien orientados y su grado de aceptación crece ¡no me lo creo!. ¿Qué ha pasado, qué está pasando? Decir las causas posiblemente conlleve únicamente a fustigarnos por un pasado que parecía y que hoy se esfuma cual arena de playa entre los dedos. A veces, personalmente lo digo, da cierto reparo pensar qué ha hecho la publicidad para que sea tan vilipendiada y que a menudo oigas aquello de «no me interesa la publicidad«.

Posiblemente hayamos pensado en que el mero hecho de «contar historias«, de expresar bondades en un entorno donde tó er mundo e güeno, sería suficiente cuando posiblemente deberíamos haber hablado más de negocio que no únicamente en la herramienta táctica en sí. Quizá nos hemos dejado deslumbrar por la acción pero no por el valor añadido que se quiere conseguir con esa acción. Quizá debiéramos pensar en abrir caminos nuevos y no únicamente transitar por los que ya existen, aunque vayamos con otra ropa. Quizá debamos pensar más en el para qué y el por qué que no únicamente en el Qué y el Cómo. Quizá.

Sí que me queda claro que cuanto más hablas de estrategia, cuanto más quieres profundizar en ella, más necesitas las acciones encaminadas para ella. El problema puede ser que cuando hemos pensado en acciones, nos dejábamos deslumbrar por sus halos estéticos sin pensar en qué es lo que podría sumar a la estrategia planteada inicialmente. En las consecuencias de todo ello, en los escenarios que podría cubrir o en las reacciones del sector.

En fin. Seguiremos el largo peregrinar por aunar el thinking con el making, como se dice ahora, y con un adecuado telling para no sólo hacer sólo storytelling sino más storymaking, como dice el «socio» Copyloto. Quizá así podamos erradicar (con el tiempo) esos durísimos carteles que vemos por las calles.


5 commentarios

Miguel · 25/09/2014 a las 10:06

Agencias y anunciantes siguen pensando en gran medida que esto de la comunicación comercial va de hacer bonitos diseños y slogans ingeniosos. Así que más que comunicación, hacen/hacemos decoración.

Muchas personas con responsabilidad en la comunicación de sus organizaciones son capaces de decirte qué campañas les gustan, pero rara vez te sabrán decir por qué le gustan. O por qué creen que funcionan. Creo que falta mucha formación y creo que falta adaptarse a la era digital, que va mucho de Internet, sí, pero también de lo que hay fuera de Internet.

Está claro que cada vez hay que correr más para estar en el mismo lugar.

Warlos · 29/09/2014 a las 15:02

A mí me duele aún más cuando te encuentras en los portales «Esta comunidad no desea PROPAGANDA». Algo venimos haciendo mal…

Juanjo Brizuela · 30/09/2014 a las 06:51

@Miguel: los fuegos artificiales, sí, ésos que te deslumbran en un primer momento pero que en definitiva te dejan sin recordar ni cómo eran, ni sus detalles. Y hacen ruido. Mucho.
Voy a calzarme las zapatillas 😉

Juanjo Brizuela · 30/09/2014 a las 06:53

@Warlos: quita, quita. La palabra «propaganda» hace mucho más daño aún… vade retro!!
Son tiempos nuevos que difícilmente traerán esos Mad Men que hemos visto.
Abrazo!!!

Edie Martos · 23/10/2014 a las 17:58

LA verdad es que a los que se dedican a las marcas la empresa y la publicidad es un mazazo. Pero creo que debemos reinventarnos en muchas cosas, es el primer paso..

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