Las imprudencias se pagan
Lecciones se aprenden todos los días, querámoslo o no. Estos últimos días he aprendido una más después de ver la que se ha liado con el cambio de logotipo de GAP, célebre marca de moda. Tras 20 años de existencia «alguien» (por denominarlo de alguna manera) tomó la decisión de cambiar su identidad visual. Y la «nueva-red», mejor dicho, la sabia voz del consumidor en las redes sociales, ha vuelto a demostrar que tiene un poder de influencia y de altavoz tal que ha «obligado» a reconsiderar la decisión y echar marcha atrás. Como se suele decir en el entorno guerrero: Touché. La has liado.
Me quedo con varias ideas que creo oportuno reflexionar:
- Si algo funciona, no lo toques. O al menos, muévete poco. Los mercados en la actualidad se mueven con extrema rápidez. Los comportamientos, actitudes, opiniones, percepciones se suceden a veces sin tiempo de asimilarlos y nos movemos en «aguas turbulentas». Sí. Por eso hoy jugar a caballo entre la información actualizada permanentemente (¡¡cómo ha de cambiar el mundo de la investigación!!) y la «intuición» hace que se tengan que tomar decisiones casi de un día para otro. O no tomarlas, que también es tomar decisiones, por supuesto. El branding es demasiado serio como para olvidarte de lo que supone en tu negocio y «tocar algo» cuando no es preciso hacerlo hace que precisamente tu marca quede tocada. A menudo se confunde branding con logotipo, e incluso con publicidad. Nada más lejos. Están relacionados pero desde luego no es lo mismo tener un problema de marca que tenerlo de comunicación y mucho más allá, tener un problema de producto. Seguramente muchos problemas de marca se despejen replanteando la estrategia y el tono de comunicación. Pero dejar toda la responsabilidad únicamente en el cambio de identidad visual pensando en el branding me parece no comprender ni entender NADA qué es esto del branding. Bien se comenta en Advertising Age:
Of course a brand is more than a logo, but as far as logos go, Gap’s is an icon.
Escuché en su día a Ramón Ollé, que con el tiempo la marca se llena de nuevos significados. Es por tanto un problema de gestión de marca, entendida ésta como un conjunto de acciones intereconectadas y relacionadas que trabajan por desarrolar y asentar el vínculo entre tus públicos y tus atributos y valores. Pero no, parece que hay que cambiar de logo para entender todo ello. Cada caso es un mundo, no lo niego. Y en muchas ocasiones HE RECOMENDADO que es el momento de un cambio de identidad visual… pero pongo la mano en el fuego en que estábamos ante un «SÍMBOLO DEL CAMBIO» a todos los niveles y precisamente, junto a un amplio abanico de acciones y no precisamente sólo de comunicación, era comprensible dicho cambio.
- Llama la atención sin dar el cante: Si el objetivo es tener visibilidad, que se hable de ti o algo así, dedícate a los programas de cotilleo y no llames la atención. Pienso que con esto, GAP quiere que se hable de ellos, pero creo que el paso hacia delante que han dado les ha supuesto dar muchos hacia atrás. Cuando una marca quiere salir al escenario no debe desentonar. No puede enmascararlo con un supuesto trabajo de «crowdsourcing» y pedir la opinión a sus públicos. ¿Un ejemplo de empresa abierta? ¿Crees que arreglas el entuerto? Primero, pregunta. Luego, actúa. En los nuevos tiempos de hoy tiene muchísimo más poder de influencia lo que las audiencias van comentando y construyendo sobre tu marca que todas tus acciones «unidireccionales» de comunicación. Es lo que ocurre si vas actuando solamente «porque sí» o «porque yo también tengo que estar». No hay discurso, no hay fondo, sólo hay envoltorio y es entonces cuando precisamente das más la atención. Lo extravagante hoy llama la atención. El «aparentar» acaba por descubrirse. Lo «falso» se descubre sólo. Y más comprobando cada día cómo actuamos en las redes sociales… y en la calle también. Todo lo que tengas que cambiar debe seguir inexorablemente con un planteamiento escrupuloso de la comunicación y de otras acciones que también comunican: diálogos, conversación, innovación, nuevos productos, etc… El resto, es dar la nota… hasta el momento en el que te pillan.
Al final, el «GAP’s affaire» acabó con reconocer (afortunadamente) que estaban ante algo que era mucho más que un logo, ante una marca tan potente que ya está en manos de los usuarios y eso es muy grande.
Last week, we moved to address the feedback and began exploring how we could tap into all of the passion. Ultimately, we’ve learned just how much energy there is around our brand. All roads were leading us back to the blue box, so we’ve made the decision not to use the new logo on gap.com any further.
La famosa «voz del consumidor» se impuso a la sin-razón organizacional. El branding es demasiado serio para tomárselo en broma. El branding no es cambiar de identidad visual. Branding es mucho más. Eso sí que he vuelto a aprender. Con letras de fuego.
P.D.: ¿la consultora de branding, la agencia, el estudio de diseño, cobrará por su «trabajo» de re-branding? ¿y el/la directiv= que tomó esa decisión, seguirá en su puesto? Por preguntar, a-mí-ni-me-va-ni-me-viene.
________________________________________________________
La foto es de Flickr, de Thokrates
4 commentarios
Unai · 13/10/2010 a las 09:06
Cuanta razón.
Eso sí, visto la que se ha montado, que Gap ha conseguido una notoriedad impresionante (positiva o negativa habrá que valorarlo más adelante), que hoy en día hasta los belenestebanístas hablan de la enseña yankee… empiezo a dudar si no habrá sido una estrategia para volver a la palestra tras unos añitos de muy malos resultados económicos.
Y es que, ya se sabe, lo importante es que hablen de uno. Bien o mal, pero que hablen…
🙂
Juanjo Brizuela · 14/10/2010 a las 07:51
Si GAP ha querido hacer publicity con este tema, me parece una táctica bastante «dudosa» (por no llamarla de otra manera más soez)…¿no tiene su marca ningún activo que le permita volver a recuperar la atención y la preferencia de sus «seguidores»?
No caba duda que ha logrado que se hable de ello, el tiempo lo dirá efectivamente, pero al consumidor de hoy se le puede engañar una sola vez y no dos veces. Si realmente se «conoce» el entuerto (si es así), será ya el decaimiento seguro de la marca.
Unai · 14/10/2010 a las 11:51
Si realmente se demuestra que es así, coincido contigo plenamente. Lo peor que puede hacer una marca es tomar por tontos a sus usuarios, porque antes o después (más antes que después), lo va a pagar muy caro
equiliqua » El remedio contra la “miopía”, tener visión…de branding · 10/03/2011 a las 09:23
[…] es realmente el branding hace que solamente se vea éste como el nombre que le ponemos cuando se cambia una identidad visual o se realiza una campaña corporativa. Y esto no tiene nada que ver con una buena dirección de […]