Identidad digital al servicio del colectivo

Publicado por Juanjo Brizuela en

Es de género muy humano el alimentar nuestro propio ego. Hay quien le llama autoestima, narcisismo, individualismo, psicología del yo… el caso es que un= se preocupa por su propia imagen, por su conocimiento y capacidades y por mostrarse sobre todo diferente y relevante. En definitiva, «ser algo» para los demás. Personalidad, carácter, no sé muy bien cómo denominarlo pero ese «ser algo» se está convirtiendo en nuestros días especialmente importante.

Viendo y oyendo estos días un fantástico nuevo video de Josi Sierra, con Pilar Kaltzada de facilitadora y Genís Roca como protagonista, el propio Genís viene a decir que «las tecnologías relevantes provocan cambios sociales», como en su día pasó tras la época lítica, la domesticación, la revolución industrial y la actual digital, en la que estamos inmersos. En cada una de estas épocas se dieron cambios sociales importantes y se replantearon nuevos órdenes sociales. Os dejo el video para que lo degustéis despacio y con mimo, que lo explica muchísimo mejor que yo.

El caso es que con esto de las redes sociales, las nuevas tecnologías, lo digital, en definitiva, y la posibilidad y facilidad de acceder al uso de la tecnología de forma sencilla, podemos generar nuestros propios contenidos y mostrarlos a nuestra red de contactos. Nunca antes había sido tan fácil salvo hacerlo en nuestro círculo más íntimo, en la plaza, de potes o en nuestro trabajo. Ahora, escribes, tuiteas, posteas, sacas una foto o un video y «tu gente» la ve. Si a alguien le gusta, es uno de los mayores subidones de ego que le produce a un=. Y eso produce ese extraño hecho inaudito hasta nuestros días de que «contamos todo, lo que hacemos, lo que vemos, lo que pensamos, …» hasta donde nuestro límite personal lo establezca. Porque, dejémoslo claro, el límite de exposición y de extimidad lo marca cada un=.

Cada un= lo hace hacemos desde su ámbito donde se encuentre más cómodo: ocio, personal, profesional, especialista… en cualquier formato: blogs, twiiter, Facebook, Tumblr, Instagram… Se va trazando el camino quizá inconscientemente de tratar de construir tu «marca personal». Un término de ésos que están más en boga cada día: branding personal, marca personal, marketing personal… «venderse a sí mismo».

Las preguntas que me hago en este momento son

  • ¿dónde queda el valor de las organizaciones?
  • ¿es necesario marcar un equilibrio entre la «marca personal» que vamos construyendo frente a la «marca organización»?
  • ¿en qué medida uno se beneficia del otro y/o viceversa?
  • ¿conviene tener perfiles diferenciados?
  • ¿puede la empresa apoyar el despliegue de imagen de sus profesionales o le molesta que lo haga?

Uno vive en ese hilo que pende entre la imagen y el nombre de uno y una «marca» que lo puede representar. Sí, soy Juanjo Brizuela y mi proyecto se llama «Equiliqua«. ¿Por qué separado? ¿por qué junto? ¿dónde acaba Juanjo Brizuela y dónde empieza Equiliqua? ¿dónde acaba Equiliqua y empieza Juanjo? No me queda claro aún (estoy en permanente debate interno y a veces externo) pero sí que me paro a pensar también en casos de personas que tienen su propio desarrollo de «presencia digital» activa y a su vez trabajan en y para una empresa. Me pregunto hasta qué punto esta relación entre persona-organización sigue el camino habitual o está cambiando su perspectiva. Y posiblemente deberíamos de pensar que en una única organización no habrá un único caso personal sino varios. Fijémonos por ejemplo en el mundo de l=s periodistas y medios de comunicación, l=s médicos y su hospital, l=s cocineros y su restaurante, l=s profesores y su universidad.  Esto habrá que gestionarlo de alguna otra manera.

De primeras pasa por reflexionar primero por cómo es nuestra relación con el trabajo. Si realizamos una función y una tarea concreta dentro de cada organización o si realmente aportamos más unos conocimientos, habilidades y actitudes actuales (y futuras) en un ámbito concreto de la empresa y lo desarrollamos al mismo tiempo que avanza la organización. Me inclino por pensar en que una persona que trabaja en un departamento de comunicación de una empresa no sólo realiza las tareas habituales de su trabajo sino que además progresa y completa su conocimiento en cada experiencia laboral y en cada nueva situación que se le presenta. Y si esto lo «abre» desde su propia identidad digital personal, proyecta y adquiere un nuevo conocimiento válido para sí mism= pero también para la propia empresa. Es una cuestión curiosa. Esta relación adquiere, entiendo, una nueva dimensión en paralelo. Las organizaciones tienen necesidades concretas que resolver, el conocimiento está en la organización pero también fuera de ella, y son sus trabajadores quienes lo adquieren, lo interpretan y lo publican hacia el exterior, tratando quizá de explicarlo, de buscar respuestas, de mostrarse como conocedores del tema o simplemente con ganas de contarlo a los demás. El/la trabajador/a gana pero creo que la empresa también.

«El mundo del social media no va de tecnologías, va de personas» como bien explica Genís. Sí que es cierto que hay marcas que quieren han de estar en estos nuevos contextos y en ello están comenzando a participar de forma activa (queda aún mucho por hacer) pero son eso, organizaciones «en plural» participando en un mundo de personas «en individual». Quizá por ello sea que existen opiniones contrarias a su presencia e incluso que no les aportan nada (aún). Pero lo que queda claro es que estas nuevas relaciones que se producen, entiendo dentro de las organizaciones, se han de regular de otra forma.

¿Podríamos pensar que la comunicación de las marcas en social media fuera protagonizada por sus trabajadores de manera individual? ¿Podríamos gestionar la imagen de cada empresa desde la propia imagen digital de nuestros trabajadores?

Aunque estemos hablando de un mundo de nuevas relaciones de personas en las redes sociales, la realidad muestra cada vez más una preocupación por CADA identidad digital personal. El «yo digital» se muestra con tanta fuerza e intensidad que parece que tapa al «nosotr=s digital«. Y eso para muchas empresas debería hacerle pensar: ¿tengo únicamente una función asignada a un/a responsable concreto/a o pongo en valor esta «marca personal» como parte importante de mi presencia digital como colectivo?

Le sigo dando una vuelta.


13 commentarios

jlazkarate · 24/04/2013 a las 09:40

Interesante debate que lo vivo/vivimos cada día. Es cierto que las relaciones entre perfil personal/profesional, marca personal/organización, están en constante fricción (o masaje!) en su exposición a los mundos digitales. En las organizaciones diría que, por lo general, la relación entre lo individual/lo colectivo no suele tratarse de regular, sino que suele quedar merced de la espontaneidad de cada uno o, en el mejor de los casos, de lo que dicta el sentido común. También creo que la balanza suele escorarse más hacia la promoción del propio ego que al de la organización.
Lo interesante es que se enriquezcan ambas partes, pero esto suele estar a veces en relación de la exposición pública que pueda tener un miembro del equipo puertas afuera de su organización.
Bajando a la práctica, pienso que existen redes sociales (como Linkedin) que están diseñadas para funcionar con efectividad en ambos planos individuo-profesional/empresa, pero otras, siendo Twitter su máximo exponente, son eminentemente individuales, y pierden credibilidad o frescura cuando la voz que las dicta es colectiva o institucional.
No hay que olvidar que uno de los fundamentos de la revolución 2.0 fue la puesta en valor del individuo (la famosa portada You que lanzó Time en 2006) y que la incorporación de las empresas, marcas y organizaciones a la tela de araña digital fue posterior y, en algunos casos, un poco forzada.
Saludos y enhorabuena por el post.

Pilar · 24/04/2013 a las 11:49

Todo jamón este post, nuevamente, querido Juanjo.
Muchas de las dudas que te planteas nos rondan por la cabeza desde hace mucho tiempo, verdad? Y mientras intentamos ir respondiéndolas para entender, resulta que las cosas van ocurriendo. Que las y los profesionales eligen su modelo de relación con la marca empresa, que aceptan o renuncian a usar «apellidos» de su propia marca personal en función de situaciones que no teníamos previstas: proyectos o alianzas que no formaban parte de la propuesta inicial de la empresa, por ejemplo. El YO digital como correa de transmisión de un GU digital me parece que es otra de las cosas que están ocurriendo. Cuando hecho un vistazo a mis diferentes Timelines veo mucha comunidad latente, aunque quien me hable sea el o la individua.
Las respuestas, si es que las hay, serán como la realidad: abiertas y líquidas.
Gracias por la mención, un placer

Iñaki · 24/04/2013 a las 13:28

Dando mis respuestas:
¿dónde queda el valor de las organizaciones? No es una cosa que me cuestione. Porque no creo que esté en duda.
¿es necesario marcar un equilibrio entre la “marca personal” que vamos construyendo frente a la “marca organización”? Sí, sin duda.
¿en qué medida uno se beneficia del otro y/o viceversa? Seguramente en una relación leal al 50%
¿conviene tener perfiles diferenciados? Sí, aunque en tu caso particular, tu empresa eres tú.
¿puede la empresa apoyar el despliegue de imagen de sus profesionales o le molesta que lo haga? La empresa puede y debe apoyar la imagen de sus profesionales en tanto ambos crecerán y se retroalimentarán, amén de cultivar una adhesión mutua.

Buena reflexión Juanjo. Zorionak

Jon S. · 24/04/2013 a las 16:32

Kaixo Juanjo,

Hacía tiempo que no escribía por aquí… 🙂

Respecto a tu reflexión sobre Juanjo & Equiliqua, desde mi punto de vista creo que tiene sentido actuar banjo Equiliqua si es un proyecto con cierto carácter líquido donde la gente se puede subir y bajar del barco. ¿Que se podría hacer en red y manter cada uno su marca personal? Claro que sí, pero actuar bajo una marca paraguas creo que transmite cierta cohesión y unicidad que a la hora de comunicar y «vender» juega a nuestro favor, auue en lo operativo sea lo mismo. The Project de nuestra querida Odilas es un buen ejemplo.

Además me atrevería a decir que a las «marcas personales» aunque las llamemos marcas, nuestra cabecita siempre tiende a relacionarlas con una persona, un único agente; claro que este se rodea de otras personas y tiene una actividad, pero todo se concentra en una persona. En cambio las marcas no-personales creo que las interpretamos de una manera más amplia, un ecosistema lleno de diferentes actividades, territorios, agentes… El foco es más amplio y nos da más juego. Luego hay sectores -por ejemplo en la gastronomía- en los que quizás interpetamos de forma diferente; pero por lo general creo que es así… ¿No crees?

En los casos de trabajar por cuenta agena, como es mi caso, actuar bajo tu marca personal a veces te permite agilizar ciertas cosas e ir más rápido; además de capitalizar tu trabajo bajo tu nombre.

Menuda parrafada 🙂

Samuel · 24/04/2013 a las 17:05

Mira que nos haces pensar, amigo Juanjo… Permíteme aportar mi (humilde) opinión al respecto. Coincido en todas las respuestas con Iñaki y, a ese «equilibrio necesario» entre ambas marcas me atrevo a agregar los términos «coherente» y «responsable», especialmente en lo referente a las llamadas marcas personales.
Considero un buen ejercicio leer o repasar mentalmente, de vez en cuando, ese texto descriptivo que añadimos a nuestros perfiles. Creo que esa es una de las claves. Saber, si es el caso, a quién representamos y lo que ello significa, a todos los niveles.
Las RRSS han democratizado opiniones y nos han concedido útiles altavoces a los que no debemos renunciar. Pero creo sinceramente que deben -debemos- ser absolutamente consecuentes con lo que sentencian esos perfiles. Por el bien de la propia «marca personal» y, además, de la «marca empresa». Y hablo de coherencia, no de «sumisión propagandística».
Como sabes, en mi perfil pone RESPONSABLE y COMUNICACIÓN. En ello estamos…cada día.

Juanjo Brizuela · 25/04/2013 a las 09:13

@Juan Luis: eskerrik asko por el comentario. El sentido común es una de esas expresiones que también utilizamos en cualquier caso pero que tiene sus aristas y su pérdida de valor, desde mi punto de vista. El sentido común nos dice muchas cosas pero se hacen justo las contrarias, en ocasiones, y sigue igual.
Comparto contigo la idea de que por lo general se tiende a alimentar el «ego» efectivamente pero creo que eso es porque las propias organizaciones no se han acercado de verdad a la razón que está por detrás de la construcción de las identidades digitales. Le aterra, porque lo desconoce, y le da miedo construir estas nuevas relaciones.
Sí, ratifico la idea de que lo digital está beneficiando más al individuo que al colectivo. Precisamente por ello creo que se deben tejer estas nuevas relaciones entre ambas partes. No sé cómo pero quizá aprendiendo de cómo evolucionen saquemos algo más claro.

Juanjo Brizuela · 25/04/2013 a las 09:21

@Pilar: te «echaba de menos» 😉

Efectivamente son dudas, y creo que de estas preguntas iremos encontrando respuestas.
Me da la sensación que el verdadero gap está en las empresas. Tiene dos nuevas relaciones que son provocadas por lo digital: hacia fuera de la organización con saber que «se está hablando de un=» y sobre todo, y sin atajar aún, hacia dentro: por la proeycción de la imagen de la empresa desde cada protagonista y también las nuevas relaciones que se establecen vía conocimiento de cada trabajadora/r.

Creo que hay una oportunidad en el desarrollo de un nuevo sistema más relacionado con la suma de YO’s que no únicamente pensarlo desde la construcción del GU. Aunque éste podría ser muy interesante por lo que conlleva de cultura organizacional y proyecto compartido. Generar comunidades complementarias dentro de la organización como modelo de relación, me parece una posible aproximación a la solución.

Y efectivamente, todo desde lo abierto (qué difícil va a ser ello) y sobre todo líquido, expansivo, sistémico… interesante ¿verdad?

Eskerrikasko reina… siempre es un placer contar con tu visión

Juanjo Brizuela · 25/04/2013 a las 09:29

@Iñaki: Gracias compa y respondo sobre tus propias respuestas, si te parece:

• ¿dónde queda el valor de las organizaciones? No es una cosa que me cuestione. Porque no creo que esté en duda.
Mi pregunta está más orientada a saber en qué sentido las organizaciones gestionan esta nueva relación. Creo que están perdiendo peso por sus dudas. Así que yo SÍ lo pongo en duda.

• ¿es necesario marcar un equilibrio entre la “marca personal” que vamos construyendo frente a la “marca organización”? Sí, sin duda.
Lo comparto. Pero en qué medida la «marcaorganización» facilita su interacción junto a la «marcapersonal». Aquí está el reto. Cómo generar esta suma de interacciones.

• ¿en qué medida uno se beneficia del otro y/o viceversa? Seguramente en una relación leal al 50%
Interesante concepto el de «LEAL» aunque en este sentido creo que se espera desde el «individuo» el compromiso de la «organización» y su facilidad natural en este desarrollo. Lo Ideal, sin duda, al 50%. Ahora mismo está descompensado.

• ¿conviene tener perfiles diferenciados? Sí, aunque en tu caso particular, tu empresa eres tú.
No lo tengo tan claro. En una empresa de «autónomo» está claro, la duda está en que el perfil personal de cada un=, pueda hablar de su trabajo, profesión… pero también de lo personal… no pasa nada, es natural mientras se haga desde el respeto hacia la/el otra/o y con criterio.

• ¿puede la empresa apoyar el despliegue de imagen de sus profesionales o le molesta que lo haga? La empresa puede y debe apoyar la imagen de sus profesionales en tanto ambos crecerán y se retroalimentarán, amén de cultivar una adhesión mutua.
Éste es el reto, sin duda.

Eskerrik asko por las respuestas… por cierto, que hay discrepancia. Así que habrá que resolverlo… ¿aceptas? ;-D

Juanjo Brizuela · 25/04/2013 a las 09:42

@Jon: «me tienes abandonado» 😛 no te preocupes…
Gracias por tu reflexión sobre lo de Equiliqua. Otro motivo más para sentarnos en torno a papeles, mapas y gráficos y a ver qué sale de todo ello ¿cuento contigo? 😉

me gusta la diferenciación que haces entre lo personal y lo «no-personal». La extensión de lo no-personal es más atractiva pero ¿no lo hacemos también desde nuestra propia marca personal con nuestra propia red de relaciones? Lo que también vengo a decir es que una marca de empresa (entendida como marca per se) al ser un «ente» puede manifestar ese error en ser considerada más como algo ajeno a las personas y no como algo propio. Y ahí es donde entiendo que la suma de identidades personales puede contribuir a «humanizar» esa relación en la marca de la organización.

Y la idea de agilidad, ésa me parece clave. Oportunidades que se presentan y que hay que poner en valor. No se tiene claro aún en muchas organizaciones cómo se ha de enfocar el sistema de escucha y cómo actuar ante él… en cambio en la marca personal, efectivamente, puede ser más sencillo.

Te cojo el guante y gracias compi 😉

Juanjo Brizuela · 25/04/2013 a las 09:53

@Samuel: gracias compa por pasarte por aquí.

Me encanta reflexionar para encontrar respuestas que «ayuden» a organizaciones y marcas, ya lo sabes 😉

Me gusta esa idea de lo «responsable» que creo tiene mucha relación con el «sentido común» que he comentado antes con Juan Luis. Creo que efectivamente uno se comporta como persona con criterio, que me parece más válido.

El ejercicio que planteas es interesante también pero le veo un inconveniente: uno es mucho más que su «lugar de trabajo», una vida es más que el trabajo aun siendo éste tremendamente importante (no hay más que ver las cifras de empleo de hoy mismo para saber que en realidad somos unos afortunados). Y creo que la vida personal de uno no se pelea con la vida profesional, o mejor dicho, el ámbito de conocimiento de tu propio trabajo. A las «organizaciones» les viene bien saber que cuenta con profesionales estupendos que hacen de su trabajo un poco más que meramente cumplir unas responsabilidades. Al igual que reconocer que cada profesional quiere avanzar más en su conocimiento y habilidades y eso beneficia a ambas partes.

Tengo la sensación (insisto, es una sensación) que para muchas empresas-organizaciones les resulta muy cómodo que su colectivo proyecte su imagen en positivo, claro, cuando quizá deba también tener claro qué y cómo actuar en el global de las decisiones y en muchos otros aspectos que tienen que ver con el desarrollo de su organización. Y es en estas oportunidades que se presentan donde se debe facilitar aún más ir más lejos y facilitar
este desarrollo pero también esta relación es diferente de lo que hemos vivido hasta ahora. Éste es el reto y el desafío. Este equilibrio total.

Gracias y buena reflexión porque es parte efectivamente de tu experiencia diaria, que por cierto, lo haces estupendamente bien. De veras.

Abrazote

Pilar · 26/04/2013 a las 18:12

Acabo de ver tus comentarios, y al repasar el mío he visto una H que se me ha clavado en la retina. Disculpas al respetable. Además de tiempos líquidos, parece que estoy viviendo tiempos acelerados 🙂

Josi · 30/04/2013 a las 20:13

Ya me gusta ser, en parte, el co.creador de este post y su reflexión interesante; pero ademas quiero co.laborar en aportar alguna idea para aclararlo, o liarlo mas todavia 😉
Además de individuo social e incluso persona con identidad digital ampliada, con mochila que vas llenando a lo largo de tu vida y ejercicio profesional, trabajo en una organización, en mi opinión, bastante desorganizada, en muchos aspectos; pero en este de las identidades digitales especialmente.
Y casi todas las cosas que habéis dicho, con las que coincido, se le pueden aplicar.
Pero es una organización que «gestiona el conocimiento», incluso debería administrarlo, pero a partir de una dimensión se mueve en números y cifras, perdiendo el toque individualizado de las personas.
Tanto de sus trabajadores, profesorado, como de los usuarios a los que atiende: el alumnado.
Y tal y como planteas Juanjo, la gestión del yo y del nosotros es clave, analigica y digitalmente, en la socialización de los individuos, y en la creación de ese nosotros, tambien digital.
Eskerrik asko por la cita, por la oportunidad de encontrar opiniones diversas y por contrastar con personas como Pilar, Iñaki, Samuel, Jon… que tambien se preguntan, y apuntan alguna respuesta. 😉
Seguimos co.pensando y co.respondiendo 😉
Josi

Juanjo Brizuela · 06/05/2013 a las 08:24

@Josi: primero de todo, muchísimas gracias y felicidades por hacer de Conocity un espacio donde podamos aprender, de forma muy fácil, muchísimas cosas relacionadas con el conocimiento. Realmente encomiable tu labor, de veras Josi.
Mi reflexión venía dirigida, en parte, por ese «vacío» de las organizaciones en relación a su propia «identidad digital» frente a las posibilidades que te permite hoy la tecnología de construir tu «identidad personal digital». Lógicamente no podemos obviar que si tenemos una oportunidad de poder construir y expandir nuestra propia imagen, no se haga. Pero sí que es importante creo, reconocer que las organizaciones deberían sumarse a este trabajo individual para ponerlo en valor dentro de su propia organización. Tendrían, desde mi punto de vista, que decir que se sienten orgullosísimos de tener trabajadores con semejante actividad digital y proyección de contenidos y de conocimiento hacia el exterior. Éste creo que es un paso clave incluso para la mejora de las organizaciones en toda su dimensión.
Seguiremos con este debate, seguro.

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