Mentalidad
Si te acercas a este post pensando que al leer «mentalidad» te encontrarás algo relacionado con el baloncesto, que sepas que hablaré de marcas. Si lo haces creyendo que una vez más tendrá algo que ver con las marcas, que sepas que te encontrarás deporte, mejor dicho baloncesto. Escoge el lado que más te apetezca y haz el ejercicio de llevártelo donde consideres, porque espero –creo– que puede aportarte algo en cualquiera de estos ámbitos. A mí al menos, me funciona.
Aún recuerdo una conversación con un entrenador profesional de baloncesto, célebre y referente, que me comentaba que entre las diferentes tareas que debíamos tener como entrenadores, era la de entrenar la mentalidad de nuestr=s jugador=s. Más allá de la técnica a depurar cada día, de las soluciones tácticas aportadas en los movimientos a plantear o de convencer de la mejora de la condición física, no solo en gimnasio, sino descanso, alimentación y buenos hábitos, insistía en el hecho de poner una capa donde la mentalidad jugase un papel protagonista. Cada ejercicio, cada charla, cada reto, cada idea tenía que tener un halo donde el/la jugador/a debe tener un esfuerzo mental en su desarrollo. Escuchaba con atención sus argumentos, sus ejemplos, y me abría un nuevo campo que sabiendo que era importante, no lo tenía tan interiorizado como debiera, y entendía que debía estructurarlo y dedicarle un tiempo importante en ello cuando volviera a entrenar.
Cuando veía uno de los partidos del equipo que dirigía este entrenador era efectivamente patente que la actitud de su equipo en el campo era especial: concentración, energía e intensidad, resiliencia en momentos complicados del encuentro, ambición en momentos positivos del mismo, complicidad y conversaciones entre sus jugadores en la pista, ánimos constantes desde el banquillo entre compañeros, escucha a las instrucciones, recomendaciones, gestos positivos… La química, que en otro post he escrito, aparecía, y eso hacía que en una buena parte de sus encuentros, el triunfo en forma de resultado llegaba. Quizá no tuviera la calidad de otros equipos, de otras plantillas, pero su equipo lo suplía con una sensación de preparación idónea para competir en cada partido, algo que se exige cada día en el deporte profesional.
Tuve conversaciones posteriores con él, poco hablábamos de tácticas y/o ejercicios de juego, incidíamos más en los componentes emocionales, de las personas que en ese momento eran profesionales 100%, de cómo generar dinámicas que favorecieran estas interacciones. «Es también un proceso, Juanjo, y lo deben de entender así», me decía, y compartíamos esta necesidad de prepararse en este ámbito y propiciarlo en cada momento, prestarle más atención y activarlo cada momento. El resultado del encuentro era importante, claro, pero más lo era la sensación de que cada día, cada jugador, el grupo en colectivo, subía su exigencia y eso les hacía mejorar individual y colectivamente.
Trabajo con clientes, con personas, con sus proyectos, cada día. Día tras día nos enfrentamos a conversaciones que tienen que ver con su marca, con su comunicación, con cómo trasladar la propuesta de valor de su organización, su diferencia y relevancia, a los diferentes públicos y espacios de interés donde cada empresa/institución interactúa. Es cada día una oportunidad para comprender que en ese momento, la marca, su marca, está siendo «empleada» por alguna persona en concreto. En este momento, mientras lees este post debes ser consciente de que estás interactuando con la marca #equiliqua y con la marca #juanjobrizuela. De la misma manera, deberías comprender que tu marca, la que representes, la tuya misma o la de tu organización, ahora está siendo apuntada o «tocada» por una persona en busca de algo: una idea, una propuesta, una duda, una queja, una curiosidad. Tenlo en cuenta.
No sientas más presión de la necesaria. Es así. Trabajamos para que en un momento determinado, alguien se interese por nuestra marca y debemos prepararnos cada día para ello. A veces tendremos respuesta, quizá dudemos, otras además aún no estarán ni planteadas. Normal. Cada marca en realidad es un proceso continuo en desarrollo, en crecimiento, en intensidad y en extensión. Lo importante es reconocerlo y prepararnos para ello. La marca como proceso se va construyendo y es una dinámica constante. Y tenemos que ser conscientes de ello y tener la mentalidad adecuada para poder gestionarla, idearla, reflexionarla y sobre todo activarla.
No pensemos que con tener una imagen corporativa, una campaña en marcha, una web y un post en redes sociales, tenemos el «asunto» solucionado. No, no es así. Es cuestión de cada día, de cada hora, de cada «ahora». La marca es un activo diario que depende especialmente de la dosis de gestión que aportemos en cada momento. Pero lo es más ser más conscientes que nunca de que hemos de tener en nuestro pensamiento ese valor que aportamos a cada persona, y estar preparad=s para encontrar soluciones alineadas con lo que representa nuestra marca.
Es la mentalidad un aspecto clave en nuestros días. En tiempos de zozobra, de incontrolable velocidad de absolutamente todo, de la dictadura del scroll infinito, tener nuestra mente, nuestro equipo y a nuestra organización preparada para afrontar cada reto que se nos presenta cada día es más que necesario.
Uno de los principales comportamientos que más valoro de las relaciones con los clientes, en los proyectos, es lograr que piensen en marca cuando se enfrentan a decisiones que tienen que ver con su negocio. No es al revés, tengo un negocio > le pongo una marca, sino es tengo una marca > cómo responderá mi negocio. Esto forma parte de una cultura y de una manera de pensar y de hacer. A veces tenemos respuestas, otras tenemos mucho que debatir, de reforzar ideas y matizar puntos de vista. Tener la mentalidad adecuada en los equipos de dirección de los proyectos respecto a su marca ayuda a proponer soluciones en forma de acciones, contenidos y relaciones.
En los equipos deportivos, el resultado es siempre la consecuencia de la union de preparación diaria, la exigencia de trabajo, la identidad y el estilo, las características de cada deportista, y la mentalidad individual y colectiva que lo hace posible. En la gestión de la marca es igual. Puedes al final ganar o perder, como en los mercados, pero con la preparación adecuada y la mentalidad positiva en ella, es posible obtener mejores resultados.
Mentalidad se une a identidad, mentalidad se une a convencimiento, mentalidad se une a personas y comunidad, mentalidad se une a trabajo diario, y mentalidad se une a cultura de marca.
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