Bloguear
Sigo recordando aquel momento: primavera de 2008, mayo para ser exactos. Éramos señalad=s por lo que llamaban web 2.0., por esa posibilidad de construir opinión en lo digital, eran webs sencillas, sin complicaciones, fácilmente editables, donde simplemente escribías y publicabas. A su vez, leía a mucha gente, era un descubrimiento constante de personas, de referencias, de temas que me interesaban, que me inspiraban, que me removían. Eran meses donde no recuerdo ser consciente de si había o no crisis, o burbujas de no-sé-qué. En mi anterior ciclo laboral teníamos trabajo, proyectos y proyección como jamás lo hubo. Era un buen momento, me dijeron, me animaron, sonó un «probemos» y así se lanzó este primer post en este espacio, un 27 de mayo como hoy, que por supuesto no tenía este aspecto.
Hoy este blog, Equiliqua, cumple 17 años, con trescientos cuarenta y tres (343) posts, mil trescientos treinta y nueve comentarios, y miles de ilusiones, frases, ideas desarrolladas, pensamientos que necesitaban encontrar un hueco por el que salir, referencias de otras personas, links a otros blogs y webs que me parecían/parecen relevantes y lo más importante:
TÚ
Me encuentro en una etapa de mi vida profesional-personal en el que el teclado me acompaña diariamente. Estos últimos años son cuando más he escrito, cuando más escribo, y no solo aquí. De hecho siento que este blog necesitaría más producción y cariño por mi parte, pero siento también que el tiempo, y más compromisos, me está llevando a que estas ideas se queden reflejadas en otros espacios profesionales. Escribo en otros blogs, como el de Consultoría Artesana, en medios de comunicación como colaborador, escribo para proyectos de mis clientes, escribo en cuadernos de papel del modo más tradicional: lápiz, pluma y hojas en blanco. Y sigo teniendo ideas, preguntas, dudas, miedos, certezas, reflexiones, experiencias vividas, etc, que tienen cabida en un espacio digital como éste: un humilde blog.
En todos estos años las conversaciones y relaciones que se establecían en muchos blogs, se han desplazado a las redes sociales: a X, a Linkedin, a Facebook, a BlueSky, a Instagram (aquí menos). Aquellos hilos de respuestas que se daban en los comentarios de los blogs han ido desapareciendo con el tiempo para centrarse en las redes, desde donde van cayendo del lado del péndulo del mero like, sin apenas respuesta; una pena. Conversar, al rincón de pensar.
Lo bueno, lo mejor a pesar de todo es que todo aquello ha propiciado una serie de relaciones personales-profesionales que probablemente jamás hubieran sido posible encontrar. Este blog me abrió y me abre muchas puertas, algunas que me permiten entrar en proyectos apasionantes, con personas de las que merecen la pena cuidarlas, respetarlas y acompañarlas; sigue siendo un espacio que de vez en cuanto se convierte en un relato de una situación vivida, de una nueva reflexión venida de la inspiración que me llega por diferentes vías.
Bloguear, debemos proteger y cuidar esta palabra, antes de que pase al recuerdo pasado o peor aún, al olvido. Bloguear consistía en expresar una manera propia de ver un tema determinado y las personas que lo leían tenían la tranquilidad, la conciencia y el espíritu de debatir sobre ello.
Bloguear es la conversación fundada de «calle» en lo digital. Ni siquiera las redes están consiguiendo mantener este nivel de conversación, que en muchos casos se ha recuperado en conversaciones «de calle», con personas de confianza en entornos amables, por eso bloguear debe resignificar una manera de entender nuestros oficios, nuestras profesiones e incluso nuestras inquietudes.
Es como resignificar el término branding, que tanto y tanto se habla de él y que tan poco está evolucionando porque estamos segando su campo de exploración para dejarlo en un mero espacio que todo el mundo quiere recoger pero pocas personas piensan en sembrar. La marca adquiere cada día más importancia, pero en cambio la marca está perdiendo sentido porque nos quedamos en las epidermis de lo estético sin comprender que su éxito sigue teniendo que ver con la cultura de una organización, con los comportamientos diarios de las personas para generar comunidad y con la superación de expectativas externas. Cuando todo ello sea consistente seguiremos haciéndonos preguntas para ver cómo mejorarlo aún más si cabe, y no meramente subirnos a una ola que corre el riesgo de llegar rápido a la orilla.
Bloguear era un vocablo extraño que te transportaba a un universo simbólico que permitía escribir en tu espacio y responder en otros. Te mostraba el reto de retomar temas en tu propio espacio y seguir así el hilo de las conversaciones. Te «conectaba» con nuevas personas que también se consideraban «bloggers», donde descubrías verdaderas joyas de comentarios, de temas y por supuesto de personas que luego «desvirtualizabas», y era como seguir y ampliar la conversación con un café entre manos, en una comida junto a otra gente o en un «tenemos que vernos«.
17 años después reivindico mi condición de bloguero, quiero y deseo seguir siéndolo. Y quiero además que me permita profundizar en la escritura. Hay un paso que quiero dar que vaya más allá, en la escritura y en otros espacios que expandan la escritura, como he comentado en alguna ocasión con colegas de profesión, con José Luis, con Javier, con David, con Carlos, con Julen, Manel, Amalio y Asier, con otros más. Tenemos un compromiso con nosotr=s mism=s por hacer del conocimiento compartido una manera de entender nuestro trabajo, casi una manera de entender nuestra vida. Hay demasiados ojos que solo miran, pocos que observan, menos que te hablan con la mirada. Yo no me quiero quedar ahí, quiero recuperar esta condición de bloguero y mantener una presencia que tenga más trascendencia, de momento hacia uno mismo, ojalá hacia el resto.
Una cosa más: GRACIAS por llegar hasta aquí, y GRACIAS por seguir este humilde blog de esta humilde persona. Si tuviste un blog, dime cómo lo llevas, si lo has dejado o si sigues en ello. Tenemos que recuperar este lazo. Si simplemente eres un/a observador/a, dame una vez más tu opinión. Ser bloguero es un ser colectivo. Y TÚ ayudas a serlo. Repito:
GRACIAS / ESKERRIK ASKO
[ La foto es de Flickr, de Nathan Oakley ]
2 commentarios
Victor · 27/05/2025 a las 22:32
Qué maravilla leer artículos de blog a la antigua usanza, aunque son casi suspiros al aire por el tiempo pasado. Comparto tu visión de que las redes sociales han pervertido esa conversación fundada, y no son más que agitadores de emociones.
Las buenas reflexiones, en los blogs o como mucho en youtube. Y los libros, que esos siempre seguirán.
A celebrar muchos más años!
Gorka · 28/05/2025 a las 08:18
Enhorabuena Juanjo! Cómo pasa el tiempo es increíble; sigo escribiendo en el blog de mi web pero también me he abierto a crear contenido en Substack desde hace un tiempo una vez al mes porque me aporta mucho, me da vida compartir. Para mí, seguir leyendo tu blog u otros es vida porque aprendo, me hace parar un ratito y recordar que en la red hay muchas cosas buenas que merecen la pena. Por otros 17 más! Abrazo!