La moda como espejo del territorio

Publicado por Juanjo Brizuela en

Aun no siendo un experto en la materia, el mundo de la moda es algo que atrae a muchísima gente. Personalmente no soy un fanático pero sí lo sigo por deformación profesional. Las marcas de moda reflejan un espíritu cultural y social digno de análisis en sus respectivas expresiones. Ni que decir tiene la que lió el año pasado Loewe, el debate que ha creado este año Desigual y por supuesto, el gran Zara convirtiéndose quizá en uno de los pocos embajadores positivos de eso que se llama #marcaEspaña.

Sigo sin salir de mi asombro al descubrir recientemente una marca que conocí de oídas y pensé que era otra de esas modernas marcas que vienen de fuera al amparo de un modelo que siempre parece actualizarse: HAKEI. Suena a nombre extranjero, oriental y me aportó cierto positivismo en su pronunciación. Acudí a la tienda que existe en Bilbao y pasé un rato respirando el estilo: muy buen diseño global en retail, gama de productos completa, buena música, algo diferente. Poco después buceando en el planeta Google descubrí que era una marca originaria de ¡¡Euskadi!!, de Donosti concretamente. Y mi sorpresa fue mayúscula. Muy agradable por cierto.

No es la primera vez que esto me ocurre (me imagino que a vosotr=s también) encontrarnos en el mundo de la moda marcas con un estilo cosmopolita, urbano, o cualquiera sea su estilo y seguramente por desconocimiento o por incredulidad, saber que es de aquí. Y ejemplos tenemos varios: Skünkfunk, Cállate la boca, El Niño, Loreak Mendian e incluso deportivas como North Company, Ternua, Astore… Con esto no quiero decir que este territorio no sea capaz sino todo lo contrario. La imagen de territorio industrial que tenemos hace que estas «industrias creativas« sorprendan en un mundo donde parece que reina lo que rodea a la taladrina. Y sinceramente es una estupenda noticia.

Excelente noticia además por dos motivos a mi parecer:

  • La «industria creativa» es un término que trasciende fronteras porque pone en relación el talento local con la exposición y el mercado global. Aun siendo tod=s conscientes de que estamos ante un mundo donde reina lo tangible, lo cierto es que la industria creativa quiere hacer de ello un negocio como otro cualquiera en cualquier sector y requiere por tanto de una visión y de la necesidad de estructurarlo en términos de riqueza, de valor añadido, de modelos de negocio, de comercialización y visibilidad global. Alrededor de las industrias creativas, del talento desarrollado en determinadas disciplinas, se pone en relación no sólo la propia generación de ideas sino la interrelación entre diferentes áreas, el valor de las personas como núcleo generador de estos proyectos y sobre todo el territorio como elemento vertebrador de un tejido que quiere generar riqueza, entendida ésta no sólo económica sino especialmente de conocimiento: a su alrededor se van creando nuevos espacios relacionados dentro de esa actividad que la va enriqueciendo constantemente: creadores, distribuidores, fabricantes de maquinaria, proveedores, comercialización, servicios añadidos, etc.

  • El territorio adquiere un expertise que va más allá de la propia categoría de negocio e incorpora una serie de significados en su estrategia de diferenciación y en sus valores culturales. Como toda marca, siendo éstas entes vivos que se desarrollan, van recibiendo y aportando a su vez nuevos conceptos especialmente culturales lo que permite asentar una identidad propia. De esta forma, la ciudad-país-territorio son entes que trasladan una nueva realidad en términos de marca ciudad-país-territorio. Pongamos el ejemplo de Italia, que además de tener todo un tejido empresarial ligado también al ámbito de la moda, hace que la imagen que traslade al conjunto del mundo es de diseño, vanguardia, originalidad, etc.

Este mundo de la moda de Euskadi puede parecer un tanto desconocido, desde mi punto de vista. Salvo para personas que están a la última en este sector, profesionales o usuari= final, la gran mayoría de este país desconoce desconocemos estas marcas que no sólo generan riqueza local sino que están en boca de muchas personas en todo el mundo. Y creo que es un grave error que esto sea así. Primero, porque en un país tejido en gran parte por la industria en sus diferentes campos, tener un sector «creativo» de este calibre es algo que complementa enormemente los ámbitos de expertise de este país. Pero especialmente, porque desde mi punto de vista generar un nuevo espacio ligado al ámbito de las industrias creativas con sus diferentes disciplinas, ayuda a redimensionar el país, a «pensar de otra manera», a generar sectores en torno al mundo de las ideas y del conocimiento, y sobre todo a trascender fronteras, donde cualquier idea es posible.

Últimamente estoy especialmente sensible con revisar esas ideas alrededor de las industrias creativas. Bilbao está haciendo una apuesta muy seria en este sentido, Donosti-San Sebastián lleva tiempo con ello pero Vitoria-Gasteiz tiene muy poca relevancia en ello. Y como vitoriano, me preocupa bastante. No sé si porque no hay apuesta o porque lo poco que hay no provoca alrededor más generación de actividad. Pero más allá de las ñoñas disputas entre ciudades vecinas, creo que Euskadi como territorio en general, y considerando la idea de Euskal Hiria, que por aquí ya hemos comentado alguna vez, deberíamos ser conscientes del potencial que ello acarrea. Hace años que ya se debatió sobre ello en unas Escuelas de Verano, con frases como ésta:

La creatividad y la innovación se han convertido en las fuerzas impulsoras de las sociedades y economías avanzadas de la UE. En este mundo globalizado nuestro futuro se apoya en nuestra capacidad de crear. Por lo tanto, las sociedades necesitan consolidar su Capital Creativo. El Capital Creativo se puede definir como los activos combinados de la sociedad que permiten y estimulan a sus personas, grupos, insisto, empresas, instituciones, universidades y territorios a ser innovadores y creativos.

Me preocupa insisto que en Vitoria-Gasteiz haya poco de esto. Será cuestión de ponernos mano a la obra (¿alguien se apunta a darle una vuelta?). Pero creo que la apuesta tractora va más allá de mi ciudad sino que sea una estrategia global de país. ¿Cómo fomentar y desarrollar este campo «creativo» en términos de sector consolidado, potente y tractor? Insisto en que el beneficio es sobre todo aportar más valor a una transmisión de nuevos significados como marca Euskadi.

Lo interesante para mí es ver que la imagen marca de un territorio se construye sobre significados dispares, quizá no así en las marcas comerciales que tienden a sintetizar su propuesta de valor en un único foco. Un territorio tiene diferentes y complementarias áreas que posibilitan precisamente llegar a transmitir una imagen. Y creo que en esta ocasión, con la moda vasca y lo que se está generando alrededor de ella, se ofrece una imagen diferente de país, vanguardista, urbano pero con arraigo identitario y cosmopolita a la vez, innovador y creativo, etc. Unir industria (por supuesto), tecnología, creatividad, cultura y patrimonio y turismo es todo un reto que se nos presenta. Y si tomamos el mundo de la moda, de su valentía de ir más allá, es el espejo donde hay que mirarse.

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La foto es de Flickr, de Elsemiguel


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